lunes, 3 de septiembre de 2007

¡Por catalanes!

Señoras y señores aquí tenemos una demostración más del "excelente" estado de salud mental que se disfruta en la ciudad de Valencia:

En la madrugada del sábado 1 al domingo 2 de septiembre de este año la Sede de Ca Revolta, en Valencia, fue atacada a base de perdigonazos por unos desconocidos; porque son nacionalistas, o al menos esa parece ser la excusa. La noticia si la quieren leer esta en Levante EMV. Pero lo más divertido, si hay algo divertido en todo este asunto, es que los personajes que atacaron este local son igualmente nacionalistas, y para demostrarlo pintaron en las paredes de dicha sede las máximas CATALANS MAI y FORA D'ACÍ, "catalanes nunca, fuera de aquí", un claro ejemplo del fascismo más exquisito habido y por haber. Aunque claro, qué podíamos esperar de una ciudad que disfruta sin ningún pudor de la derecha más rancia y podrida de nuestro país y además se enorgullece de ello.

Desde hace unos años he tenido la oportunidad de colaborar en diferentes iniciativas emprendidas por Ca Revolta, he representado obras en su sede y he participado en actos organizados por este colectivo; pero también he estado en desacuerdo con sus planteamientos en muchas ocasiones, he discutido puntos de vista y opiniones, y he podido hacerlo sin tener que desenfundar, sin apedrear, sin insultos ni agresiones de ningún tipo. He ejercitado esa práctica tan rara y en proceso de extinción denominada diálogo.

Lo que me preocupa, y mucho, de este suceso es el retrato que hace de la sociedad valenciana en general. Maldita sea, dispararon un local con personas dentro. Cargaron un arma, apuntaron al objetivo y la descargaron atravesando ventanas y agujereando paredes. Pero seguro que no es para tanto. Total ellos se lo ha buscado por catalanes, por nacionalistas de mierda, por hablar en valenciano en Valencia, por opinar pero no ser de la misma opinión que los pistoleros en cuestión. Unos pistoleros que expusieron su opinión ¿dando la cara?, ¿con valentía?, ¿defendiendo abiertamente sus convicciones? Por supuesto que no, que osadía sería esa. No, lo hicieron como deben hacerse las cosas, a escondidas y desde la más absoluta ignorancia, no sea cosa que a algún testigo ocasional se le ocurriera preguntar por qué y tuvieran que responder ¡por catalanes!.

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