Sí, he de reconocerlo, estoy algo embrutecida por la pereza, lo que ha provocado cierto aspecto desaliñado y una acusada pérdida física e intelectual imperdonable. Tal vez por esto, o para que no vuelva a ocurrir, este espacio se llama
La Zanguanga. Aunque, también, puede que sea un intento de congraciarme con mi espacio mundo; sus ausencias, sus presencias, las pérdidas y los hallazgos.
1 comentario:
Vaya, ¡somos tocayas!, espero que dejemos bien alto el listón de zanguangas :)
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